**Las turquesas tambien mueren**: Esta novela es, si así decirse, una llamada de atención destinada a los millones de mujeres de los Estados Unidos (y también a sus hermanas del viejo continente) que hacen uso y abuso de las píldoras para dormir, para adelgazar, para doparse, para tranquilizarse, para levantarse la moral o curar su frigidez.
La heroína de Las turquesas también mueren es una hermosa californiana casada con un riquísimo financista de Wall Street.
Esta millonaria espera curar su frigidez congénita con las drogas que le prescribe un charlatán cómplice de la mafia para quien esas medicaciones perniciosas constituyen una fuente inagotable de ganancias. El autor se considera feliz si el dramático suspenso de este relato consigue curar a las innumerables mujeres que se dejan tentar por una verdadera panoplia de píldoras. Como resultado de su consumo esas mujeres no logran curarse ni "tranquilizarse", sino desequilibrar su sistema nervioso y arruinar para siempre su salud.
