**La locura de Dios**: El conflicto espiritual que plantea en esta obra Elie Wiesel, eminente escritor judeo-francés, es único en la dramaturgia contemporánea. Profundo conocedor de la tragedia en que se debate el judaísmo en la Unión Soviética, refleja con hábil y conmovedor dramatismo el problema moral que atormenta al rabino de una pequeña comunidad, que elige el día más santo del año para burlar la vigilancia de los cancerberos del régimen y asume valientemente la defensa de su fe y de sus correligionarios. Y a riesgo de pasar por loco, se convierte en un luchador por la verdad, "dispuesto a batirse contra el mismo Dios en bien de su comunidad". Las reacciones psicológicas de los personajes se caracterizan por la preeminencia de lo espontáneo e impulsivo, acentuando la dramaticidad de la acción que se desarrolla en el Día del Perdón. Otra obra de Elie Wiesel inspirada en el mismo tema -Los judíos del silencio- alcanzó no hace mucho resonancia mundial, y en 1968 fue distinguida en París con el Premio Medicis su novela El mendigo de Jerusalem.
