La dificil costumbre de estar lejos – Jose Maria Perez Gay – Océano – Segunda Edición - 1987 – Blanda

**La dificil costumbre de estar lejos**: Seguramente uno de los mayores méritos de La difícil costumbre de estar lejos se encuentra en la profunda, insólita espesura que va adquiriendo Arvide (acaso la conciencia más moderna de la narrativa mexicana reciente): en el hondo y lo difícil de sus asomos a sí mismo, en la honestidad con que hurga en sus minuciosas entrañas; y en cómo, por ello, el mundo exterior -México, la Alemania prenazi, sus amores y sus memorias, la vasta metáfora de las cruzadas-, empieza a adquirir también algo de carga profética, de vibración apocalíptica, de hipersensibilidad; y aun en la locura de esa época -borde al abismo de la Segunda Guerra, y en México, del "desarrollo estabilizador" -de inteligencia: de existencia legible. Una lucha del personaje por volverse legible a sí mismo, y a los otros, y al mundo -y hasta las remotas imágenes prehispánicas o templarias.

Todo esto se logra por la grandeza literaria que Pérez Gay le permite a su cónsul: su prosa lo fortalece, con ironía y leperadas, con álgebras metafísicas y verbales, con cierto pulso lírico que sabe convivir con los perfiles de la farsa; su propia escritura -así vaya en fragmentos, o en meras conservaciones y hasta en los cristales de la pesadilla- lo redime, lo reconstruye cada día: es el beneficio de la cultura, que equilibra el infierno de la desintegración y de la depresión que trae inevitablemente consigo el destrozadero de la razón lúcida. Contra la "náusea" de la civilización, los "alimentos terrestres" de la literatura.

¿Dotar a un protagonista de novela de inteligencia, de cultura, de historia? La difícil costumbre de estar lejos se atreve. ¿Engarzar como episodios novelísticos las etapas de una investigación minuciosa de la carne, la memoria, las pulsiones, la barbarie social? La difícil costumbre de estar lejos merece el reto: el tremendo despilfarro vital y narrativo de su personaje y de su historia, el vigoroso trenzado de heridas y aspiraciones radicalmente fatales sostiene una exigencia literaria tan desusada.
La estructura y la composición no podían ser menos singulares: Pérez Gay consigue profundizar sin perder legibilidad, y contar humorística, casi festivamente, una dolorosa novela seria de desintegración y ruina. Frente a la actual superficialidad de la novela mexicana, esa imitadora verbosa del cómic, La difícil costumbre de estar lejos desentona por su raro meridaje de amenidad y cultura, de pasión y razón, de humor y desgarramientos del corazón en su trágico y ridículo paso por el mundo.