**La culpa ajena**: ¿Hasta dónde la culpa de los otros debe oponerse a nuestra felicidad? ¿No basta que la justicia divina nos cargue el peso de nuestros propios pecados?. Tan hondo problema filosófico y sentimental nos lo presenta Henri Ardel en esta novela de dos almas enamoradas: Felipe de Gardannes supo alegrar el dolor de su amada con el rayo de sol que a veces brota del corazón sin esperanza; pero cuando ella creyó tenerlo ya cerca de su pecho, la realidad de la vida destruyó el ensueño... "Y la voz de Teresa resonó en el silencio, con solemnidad de juramento: -Jamás, por mi voluntad, haré nada que pueda hacer padeer a seres inocentes". He ahí pagada La Culpa Ajena. Por eso, este libro penetra suave y dulcemente en el espíritu de los lectores y les hace preguntarse: ¿Dónde estará escrito nuestro destino: en la tierra o en el cielo?.
