**Justicia, paz, libertad**: El lector de esta antología no se sorprenderá al comprobar la frecuencia y complacencia con que Monseñor De Andrea —"maestro de la civilización argentina", como alguien acertadamente lo calificó— citaba a estos dos insignes constructores de la nacionalidad, cuyas semblanzas tejió con visible cariño en más de una oportunidad. Los tres fueron espíritus gemelos —"antorchas ardientes y luminosas" los habría llamado Jesucristo, como a Juan el precursor— de la estirpe de los grandes obispos que la historia recuerda como padres de pueblos, constructores del edificio social y rectores del pensamiento de su siglo. Utilizando un giro verbal grato a Monseñor De Andrea, y considerando a esos tres preclaros argentinos como frutos sazonados por la gracia santificante al calor de un Evangelio dinámicamente vivido, diríamos que Santa María de Oro es el Santo de la República; Esquiú, el Santo de la Constitución; De Andrea, el Santo de la Democracia. Tres nombres de obispos salvadores de tres valores constitutivos de la argentinidad en tres momentos decisivos de nuestra joven pero dramática historia: el de la independencia, el de la organización y el de la consolidación de las instituciones nacionales."
