**Felipe Orlando**: De pronto Felipe Orlando ya no está. Durante muchos años lo he visto aparecer y desaparecer. Dudaría de su existencia si no estuvieran en la memoria sus cuadros. Hace un momento conversábamos. Ahora acaba de irse. Se encuentra en la selva venezolana, contempla el Mediterráneo, camina otra vez por las calles habaneras o ha vuelto a la ciudad entre los dos ríos. Sólo hay una certeza: de sus expediciones al fondo de América o al interior de sí mismo Felipe Orlando volverá siempre con nuevas obras. Nuevas: recientes y distintas. Felipe Orlando nunca se ha congelado en una manera. Tampoco ha roto su íntima tradición ni podría hacerlo. Hábito del cambio, fidelidad a la unidad: Felipe Orlando no se repite ni se desconoce. No se reprocha ni se rectifica pero siempre exige más y más a sus cuadros. Podría descansar en lo que ha hecho durante medio siglo, recoger los beneficios de una actividad infatigable. Limitarse a dar gusto al cliente que desea tener en su sala "un Orlando". Nada de esto: sigue adelante, continúa explorando, buscándose. A los setenta años es uno de nuestros más jóvenes pintores. País de Felipe Orlando por José Emilio Pacheco.
