**El hombre y sus laberintos**: El que recorre estos laberintos, sea autor o lector, encuentra en cada afirmación una fuente de nuevos interrogantes. "Y cuando llegues al horizonte, golpea. Puede ser una puerta". Se juega con extremos, con vigorosos polos de atracción que en este contexto no se contraponen y son capaces, en cambio, de integrarse en una nueva, prodigiosa realidad. En seis zonas de pensamiento divide la autora estos aforismos: Juego de Niños Mare Magnun Falacias de la razón Peligrosidad de los espejos Titubeos teológicos Lo paradógico, lo humorístico, lo intemporal, la fragilidad de la razón, aparecen en El hombre y sus laberintos como paisajes cambiantes que se encaminan a través de un territorio de asombro hacia la transparencia de la unidad.
