Con singular maestría artística y profunda sinceridad, el genial escritor del realismo socialista, nos da una inolvidable visión del mundo que conoció en sus primeros años. A través de "Días de Infancia", documento humano de extraordinaria fuerza emocional, Gorki pone en evidencia sus condiciones excepcionales de observación y de análisis, su amor a la verdad y a la justicia y su pasión por la dignidad del hombre. No idealiza a los hombres. Los pinta tales como son. Sus personajes son inolvidables. A través de ellos denuncia vigorosamente la crueldad, la estupidez y el implacable rigor de un sistema de vida que golpea con mayor furia a los más débiles, y señala, al mismo tiempo, la rebeldía, el coraje, la comprensión y la ternura de los seres sencillos, que sueñan con una vida más justa y más hermosa.
