**¿Cuando los militares tenemos razon? (de Frondizi a Levingston)**: Este es un libro distinto. Ya en las primeras páginas, al reproducir determinados párrafos de proclamas revolucionarias emitidas por los golpes de Estado que se produjeron en el país entre 1930 y 1966, se advierte una nueva técnica. No absolutamente original, es cierto, pero poco frecuente y muy atractiva por la fuerza que transmite al lector. Las diversas proclamas -cuyo distinto origen físico y cronológico sólo se advierte por la fecha incluida al final de cada párrafo- tienen una curiosa y previsible unidad. El repudio al gobierno inmediatamente anterior, la condena de una presunta corrupción política previa, los llamados declamatorios a las reservas morales del país y el autoadjudicado destino mesiánico de las Fuerzas Armadas, conforman un proceso reiterativo, fatigoso y frustrante, especialmente por el amargo sabor de fracaso al cabo de cada golpe de Estado.
