**El caso del enterrador y la niñera**: «Nada de trucos baratos ni de ostentación estilística: lo único que nos vamos a encontrar es una novela con clase.» New York Times
Hitchcock Sewell es un empresario de pompas fúnebres atípico. Tiene como socia en la empresa a su tía Billie, una dulce dama y como vecino a Darryl, un precoz niño de 12 años que tiene muy claro que de mayor quiere se enterrador. Hitchcock también tiene, sin embargo, la mala costumbre de meterse allí donde nadie le llama. Por esta razón, cuando Libby -una ex novia de Hitchcock que le rompió el corazón para casarse con otro y que ahora ha dejado a su marido- se pone en contacto con él para pedirle que la ayude a encontrar a su desaparecida niñera Sophie, Hitch se resiste a entrometerse; aunque el forense confirme que Sophie estaba embarazada; aunque el marido de Libby, Mike pudiera ser el padre; aunque él odie a Mike. Pero todo hombre tiene un límite y todas estas pistas son demasiada casualidad para un enterrador malpensado que le tiene mucho respeto a la muerte.
