Juan Draghi Lucero: El Loro Adivino

Con Juan Draghi Lucero aparece en la literatura argentina un escritor de profundo sentido andino, específicamente cuyano tanto como americano y universal, cuyo destino de clásico puede predecirse desde ahora.
Gracia, delicia, interés, imaginación, ternura, picardía, hallará el lector en los cuentos, verdaderos cuentos fantásticos de raíz folklórica, de El loro adivino, segunda parte, tan buena como la primera, de Las mil y una noches argentinas.
Una dura niñez entre "Jarilleros", en secadales salitrosos, con noches grávidas de misterio, en las que el cuento contado alrededor de la lumbre echa a volar la fantasía del niño que escucha, va conformando y sedimentando la rica experiencia vital que se advierte en el trasfondo de estas páginas.
Nacido en Luján de Cuyo (Mendoza), atado a la tierra por antiguas raíces de la sangre, el espíritu de investigación, la frecuentación de archivos, el acercamiento en simpatía condolida, a los últimos restos de las poblaciones caídas en lacería en las que no será difícil hallar rastros de quienes descienden de las gentes de la Conquista, han dado al autor la materia viva, la nobilísima sustancia popular de sus cuentos.
El idioma, por momentos antañón, es riquísimo y expresivo, delicado, tierno, suntuoso, abundante en diminutivos acariciadores, con cierto gustoso sabor de dulce casero, y pleno de los almíbares de la lengua.
Entre el lector a estas páginas, vuele con El Caballito de Siete colores, inquiétese con Las Ayudas, busque en los hondones de la tierra o en la redonda bóveda del cielo con La Niña del Espejo, acompañe en sus finas argucias al Loro Adivino, y disfrutará de un género de literatura vital, cuyana en su esencia, americana por su sentido, oriental por el remoto parentesco fabuloso que la sostiene desde lo antiguo.
Auspiciado por el Fondo Nacional de las Artes, El Loro Adivino es libro consagratorio, de aquellos que verdaderamente fundan una literatura.
"León Benarós".