Jaime Barylko: Cartas A Un Joven Maestro - Libro Usado

Tengo cincuenta años. Tengo esposa, tengo hijos. Auto no tengo. Tengo una videocasetera, algunos amigos, algunas ideas, y centenares de alumnos que se diluyen en mi pasado, más otros educandos actuales, ya en la universidad, en el post-grado, eternamente niños, en busca de la carrera, del éxito, del título.

A veces piensan, a veces pienso. Son momentos de iluminación, de dicha.
Yo no me tengo, y en consecuencia todo lo que tengo se desvanece y debo reconstruirlo periódicamente.
Decidí escribirte estas cartas para ver si en el esquema de la Galaxia Gutenberg lograba apresar el puesto que me corresponde en la existencia.
Sé que no lo logré, porque tal puesto es una ilusión.
No hay puesto hay posturas y hay apuestas sucesivas.
Me recojo en el thaumazein, el asombro que los griegos consideraban fuente del pensamiento.
Esa podría ser tu función, incentivar el asombro profundizarlo, hacer de él la puerta en el muro, la condición elemental para que la educación nunca cese, mientras la rutina nos osifica y califica en puestos etiquetados.
Como te decía mientras se da la enseñanza puede acontecer el aprendizaje.
Confío en el acontecer.
Me ocurrieron estas cartas. Imaginaba que te transmitiría conocimientos, experiencias, recetas, enseñanzas. Aprendí que con el pretexto de hablarte hice un esfuerzo por escucharme.