Autorretrato De Cuatro Idiotas Latinoamericanos
Autorretrato De Cuatro Idiotas Latinoamericanos
No se pudo cargar la disponibilidad de retiro
Para América Latina, de la mano del liberalismo (sólo «neo» en lo implacable; por lo demás, tan «vetero» como Adam Smith o, mejor, Mandeville), han sonado las trompetas de la globalización. Las soplan tres ángeles criollos, bajo el manto protector de un dios también criollo, pero tan omnisciente como el del catecismo. El coro angélico existe para predicar la buena nueva: los problemas latinoamericanos se deben a una amplia legión de sujetos que -por maldad, envidia o más comúnmente idiotez- se dedicaron a torpedear los esfuerzos por crear riqueza que llevaban a cabo las oligarquías de la región bajo la imparcial mirada del gran y sabio amigo del norte. Los idiotas más recalcitrantes y perversos podrían maliciar que tales tesis fueron escritas al dictado de alguna institución financiera internacional (por ende estadounidense). Pero las cosas han cambiado incluso en el movimiento idiota internacional, y se puede asegurar que sin lugar a dudas sus autores lo hicieron porque se lo pedía el cuerpo, su cuerpo de latinoamericanos tocados por ese don divino que sólo se encuentra en la mantequilla de cacahuete. Tanta pasión inútil vuelve contra aquellos querubes y su dios particular sus propias opiniones; sus certidumbres los autorretratan como idiotas, imagen deforme de los «idiotas» que describe este libro, que en su -altanera, torpe, imaginativa o bienintencionada- rebeldía incubaban el deseo sincero de cambiar la historia para los más. Idiotas frente a «idiotas». A lo mejor es cierto que existe la lucha de clases.